Alergias estacionales: causas, síntomas y tratamientos

Alergias estacionales: causas, síntomas y tratamientos


Las alergias estacionales, también conocidas como rinitis alérgica estacional o fiebre del heno, son reacciones del sistema inmunológico a alérgenos presentes en el ambiente durante ciertas épocas del año. Estos alérgenos suelen ser polen de árboles, pastos y maleza, y su presencia en el aire aumenta durante las estaciones de primavera y otoño.


Causas


Las alergias estacionales ocurren cuando el sistema inmunológico identifica erróneamente sustancias inofensivas, como el polen, como amenazas. En respuesta, libera histamina y otras sustancias químicas que provocan los síntomas alérgicos. Factores como cambios climáticos, lluvias abundantes y temperaturas elevadas pueden influir en la cantidad y tipo de polen en el aire, afectando la intensidad y duración de las alergias. 


Síntomas


Los síntomas comunes de las alergias estacionales incluyen:

Estornudos frecuentes.

Secreción nasal acuosa.

Congestión nasal.

Picazón en la nariz, ojos y garganta.

Ojos rojos, llorosos o hinchados.

Tos y dificultad para respirar en casos de asma alérgica.


Tratamientos

1. Antihistamínicos: Medicamentos que bloquean la acción de la histamina, reduciendo estornudos, picazón y secreción nasal. Están disponibles en diversas formas, como tabletas, jarabes y aerosoles nasales.

2. Descongestionantes: Ayudan a aliviar la congestión nasal, facilitando la respiración. Se encuentran en tabletas, líquidos y aerosoles nasales.

3. Corticosteroides nasales: Reducen la inflamación en las vías nasales, aliviando síntomas como congestión y secreción nasal.

4. Inmunoterapia: Consiste en exposiciones graduales al alérgeno para desensibilizar el sistema inmunológico, reduciendo la severidad de las reacciones alérgicas con el tiempo.


Medidas preventivas

Evitar la exposición: Mantener las ventanas cerradas en días de alta concentración de polen, especialmente durante las primeras horas de la mañana y al atardecer.

Consultar los niveles de polen: Informarse sobre las previsiones de polinización puede ayudar a planificar actividades al aire libre.

Uso de protección: Al salir, utilizar gafas de sol y mascarillas para reducir la exposición al polen.

Higiene personal: Ducharse y cambiarse de ropa después de estar al aire libre para eliminar residuos de polen.

Evitar secar ropa al aire libre: El polen puede adherirse a las prendas, incrementando la exposición.

Mantener el hogar limpio: Usar filtros HEPA en aspiradoras y sistemas de aire acondicionado, y limpiar regularmente para reducir la presencia de alérgenos.


Implementar estas estrategias puede ayudar a minimizar los síntomas y mejorar la calidad de vida durante las temporadas de mayor presencia de alérgenos. Si los síntomas persisten o son severos, es recomendable consultar a un especialista en alergias para recibir un diagnóstico y tratamiento adecuados.


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